Enrique Fernández Lumba

 

TUS CARTAS

 

Yo las conservo como reliquias

de un amor grande, pero ya muerto;

yo las conservo como cenizas,

como despojos de extinto fuego.

 

Yo las conservo con el cariño

con que se guardan tristes recuerdos,

con la amargura de un bien perdido,

con el cuidado de un pobre viejo.

 

Cuando las miro, suave amargura

sube a mis ojos, llena mi pecho

y hondos suspiros el alma inundan:

tristes suspiros que van muy lejos.

 

¿Quién me dijera que ayer en ellas

tú me juraras amor eterno,

tú me escribieras tantas ternezas

y me olvidaras muy pronto luego?

 

Por eso siempre cuando las miro,

dolor agudo hiere mi pecho,

porque me hablan de un amor mío

que fue muy grande, que ya está muerto...