La lengua española en Filipinas se manifiesta principalmente en dos formas: el español filipino y el chabacano, un dialecto criollo.
El español filipino es una variante del español que se desarrolló durante los más de 300 años de presencia española en el archipiélago. Aunque comparte una base gramatical y
léxica con el español peninsular, ha incorporado vocabulario y expresiones locales como también del español mexicano, influencias del inglés y de las lenguas autóctonas filipinas, como el tagalo
y el cebuano. Esta variante se utiliza principalmente en ámbitos académicos, legales y por algunas familias tradicionales.
El chabacano, por otro lado, es un español criollo que surgió a partir de la mezcla del español con las lenguas locales.
Se habla principalmente en Zamboanga, Cavite y Ternate. Aunque mantiene una estructura gramatical simplificada, gran parte de su léxico es de origen español. A lo largo de los siglos, el
chabacano ha absorbido palabras de otras lenguas filipinas, adaptándose a su entorno cultural y lingüístico.